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domingo, 3 de noviembre de 2013

Vida contemporánea. Capitalismo y consumismo

Llevaba más de media hora sentado enfrente del ordenador sin nada interesante que escribir. No tenía del todo claro cuál era mi opinión acerca del tema planteado para esta semana. Digamos que los estilos de vida de la gente de hoy en día no es una conversación  que salga entre los amigos tomando algo en un bar, no es un tema que interese demasiado. Preferimos hablar de cosas superfluas como el penalti injusto que le pitaron al Real Madrid el fin de semana anterior. Así que he pensado, me voy a ir un rato con los amigos a ver si ellos consiguen abrirme la mente y darme su opinión sobre algún tema relacionado. Pero iluso de mí. He llegado a la bajera y aquí estamos cinco amigos, como auténticas setas sin decir una palabra. Un par jugando a la Play Station, otro pegado al móvil y uno probando su nueva mesa de mezclas que se acaba de comprar. Y he pensado, ¿pero qué estamos haciendo con nuestra vida? Cinco amigos de 20 años que tienen todo lo que quieren sin aportar un solo euro a sus casas.


Claramente vivimos en una sociedad consumista, creo que pocas personas dudaran de esta afirmación, pero ¿por qué?, ¿qué nos incita a comprar y comprar sin ninguna necesidad? Sinceramente creo que es la educación que hemos recibido. Nos hacen pensar que necesitamos muchas cosas para poder ser felices, la publicidad y las marcas utilizan todos sus conocimientos para convencernos de cosas que un minuto antes ni se nos pasaba por la cabeza comprar. También es cierto que el consumo es uno de los motores de la economía de los países, pero hasta qué punto podemos llegar. Tenemos que pensar antes de actuar.

Hay que ser racionales, seres críticos, pero empezando con cada uno de nosotros primero. Es muy fácil echarle la culpa a Rajoy o Zapatero y decir que ellos tienen la culpa de todo. Que de una forma secundaria han hecho de esta población una sociedad capitalista. Pero nada más lejos de la realidad, somos nosotros mismos, los ciudadanos de a pie los principales culpables de esta situación. Y lo que no entiendo es cómo no intentamos remediarlo cuando somos los primeros en sufrirla y criticarla. Nosotros somos los que rechazamos al que viste diferente, al que no usa coche como transporte o simplemente al que piensa diferente. Vivimos en una sociedad en la que las cosas se hacen porque las hacen los demás. Muy pocos son los valientes que se atreven a desafiar este sistema y por ello son apartados socialmente. Admiramos a grandes deportistas y modelos y olvidamos a los grandes pensadores, probablemente mucho más importantes para la historia. El error es que preferimos rodearnos de personas con ropa buena y no con buenas ideas.

Aunque sigue habiendo personas convencidas con su causa, que creen en sus opiniones y pese a ser criticados no las abandonan. Y puede que sea por la época de crisis en la que estamos viviendo, o porque grandes políticos que siempre han ido en contra del sistema actual, como Julio Anguita, están apareciendo cada vez más en los medios de comunicación, pero cada vez más y más personas están informándose y dándose cuenta de que esto no puede seguir así. Y nosotros somos los primeros que debemos empezar a cambiarlo. Hay que informarse y ser crítico en todas las facetas de la vida y solo así podremos cambiar todo esto que nos rodea. Porque no olvidemos que esa sociedad, que tiene la culpa de tantísimos problemas, es el conjunto de cada uno de nosotros.

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