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domingo, 3 de noviembre de 2013

Los jóvenes y sus problemas

Mucha gente puede creer que no somos nosotros, los jóvenes, los que debemos hablar de esto. Dicen que no somos imparciales y objetivos y que incluso muchas veces nos falta madurez para tratar diferentes temas. Yo a este tipo de personas les preguntaría si a ellos les gustaría que un extraño, una persona ajena a ellos, opinara sobre sus problemas familiares sin ni siquiera conocerlos, y no solo eso, sino que incluso se atreviera a intentar solucionarlos sin consultarlo previamente con ellos. Esto es lo que opino yo sobre los problemas de los jóvenes. No hay nadie mejor que nosotros para valorarlos y tratar de buscar soluciones. Porque no hay cosa que más nos incomode que acatar normas impuestas por otros para solucionar nuestros problemas.

Vivimos en una sociedad acomodada en la que la gran parte de la población pasa de los problemas si no es a ellos mismos a los que les toca vivirlo en primera persona. Lo mismo pasa con los jóvenes, todos estamos preocupados por la situación de paro actual pero pocos son los que realmente se mueven por cambiarlo. Creo que eso es lo que realmente nos hace falta, ganas para cambiar el mundo. No podemos pretender que nuestros padres o abuelos, con una vida asentada y más o menos tranquila se muevan por nuestros problemas. Ellos ya  lo hicieron cuando tenían 20 años y es de esas experiencias de revolución de las que tenemos que empaparnos. Todavía nos quedan muchos años en esta vida y tenemos que intentar mejorar este mundo. Y no pensar que los políticos, los banqueros o los empresarios nos harán salir de esta crisis. Cada uno debemos aportar nuestro granito de arena para que todo vaya a mejor. Como decía el escritor irlandés Edmund Burke “que pena que pensando que puedes hacer poco, no hagas nada” es una frase que siempre deberíamos tener en cuenta.

Aparte de todos los problemas clásicos que nos rodean en estos últimos 7 años, paro, vivienda, poca esperanza de futuro entre la gran mayoría de los  jóvenes de hoy en día, yo quería tratar otro problema que va más allá de crisis económicas, políticas o institucionales. Es el rechazo de la gente madura o anciana a los jóvenes por el hecho de serlo. Al comenzar en un trabajo nuevo siempre son peor pagados sin mirar más lejos de la experiencia profesional y sin tener en cuenta lo que esa persona puede aportar a la empresa: ganas de mejorar, ideas emprendedoras, una mente abierta a nuevas propuestas y situaciones. Cosas que pocas personas de 60 años tienen. Por eso creo que es conveniente fusionar los dos aspectos, la experiencia de alguien que lleva toda la vida realizando el mismo trabajo con la frescura de un veinteañero con ganas de comerse el mundo.


Otro aspecto que sí creo que es realmente problemático en esta nueva generación son las tecnologías, las redes sociales y todo lo que conlleva. Es un grandísimo avance esto de internet, whatsapp, twitter y demás, pero no en las formas en las que las utilizamos. Vivimos pegados a una pantalla. Estamos perdiendo todo lo bueno que tiene una tarde con tu mejor amigo y una bolsa de pipas en un banco comentando lo que hicimos la semana pasada. Ahora se entera toda la universidad que has ido a pasar el día a la playa cuando casi ni has puesto la toalla en la arena. Hay que encontrar los límites y no hacer que con este gran progreso demos un paso atrás en todo lo bueno que ya habíamos conseguido antes.

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